Este sábado 30 de agosto de 2025, en los alrededores del estadio Palmaseca, un trágico accidente marcó la previa del encuentro entre Deportivo Cali e Independiente Medellín, correspondiente a la fecha 9 de la Liga BetPlay II‑2025. Un hincha de apenas 16 años, Juan Pablo Núñez Agudelo, fue atropellado por el bus del Cali y perdió la vida en el lugar, mientras que una joven que lo acompañaba resultó herida. El hecho generó conmoción entre la hinchada y dentro del plantel verdiblanco.
A raíz del accidente, el partido fue aplazado por aproximadamente veinte minutos para facilitar el traslado de los jugadores al estadio y permitir cierto control de orden público. El inicio pactado para las 8:30 p.m. fue reprogramado a las 8:50 p.m., tras el traslado de la delegación del Deportivo Cali en el bus del DIM, que ofreció auxilio logístico para garantizar la llegada del equipo sin mayores contratiempos.
La Dimayor emitió un comunicado oficial expresando sus condolencias por el hecho luctuoso. El texto manifestó que la entidad “lamenta profundamente el fallecimiento del hincha del Deportivo Cali que se vio involucrado en un accidente de tránsito con el bus del equipo” y extendió su acompañamiento a familiares y amigos de la víctima.
El Deportivo Cali también emitió un mensaje institucional en el que lamentó la pérdida y expresó solidaridad tanto con la familia del joven como con la acompañante herida. A su vez, el técnico Alberto Gamero describió el ambiente de tensión vivido por el plantel: el bus tuvo que detenerse en el lugar del siniestro, lo que provocó conmoción antes del compromiso; además, relató otros percances durante el trayecto, como un incidente que obstruyó la vía.
Jugadores, cuerpo técnico y público manifestaron opiniones encontradas en redes sociales. Algunos internautas cuestionaron duramente la decisión de jugar el partido ante una tragedia evidente. Un usuario escribió: “Increíble que se juegue ese partido, y más increíble que la hinchada del Cali lo deje jugar. Fútbol negocio por encima hasta de la vida misma.” Otro insistió: “Si ustedes fueran serios el partido no se tendría que haber jugado.” (Nota: Los comentarios fueron parte del contexto inicial suministrado por el usuario y reflejan el debate en redes, aunque no se encontraron citas exactas adicionales en los medios actuales; no obstante, ilustran la crítica pública que se volcó tras el suceso.)
Según declaraciones recogidas por la prensa, la decisión de llevar el partido a cabo se habría basado en un acuerdo entre los clubes, priorizando el orden deportivo, pero también la memoria del hincha fallecido. El acto de solidaridad del Medellín al ceder su bus fue visto como un gesto de respeto a la víctima, al tiempo que se aseguraba el desarrollo del espectáculo futbolístico en condiciones controladas.
Este caso recuerda decisiones dolorosas del pasado del fútbol colombiano. Aunque esta no fue una suspensión total del torneo, hace décadas la Dimayor sí canceló un campeonato. En 1989, tras el asesinato del árbitro Álvaro Ortega, la entidad decidió suspender ese torneo sin declarar campeón, por razones de seguridad y orden institucional.