LA SALUD. EN CARICATURA

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Por: Horacio Hoyos Upegui

En su verborrea -que no alocución- del martes en la noche, el presidente, hablando de la salud en el país, dijo que su gobierno no les debe un peso a las EPS. ¿Habrase visto un cínico más grande?

Todos por televisión vimos y oímos, al inicio de su gobierno -desgobierno mejor- cómo decía que asfixiar a las EPS era muy fácil. Que no era sino asfixiar a la primera, y las demás irían cayendo como fichas de dominó. El ya cacareado «chu chu chu».

Dicho y hecho, hoy vemos al sistema en cuidados intensivos, tratando de sobrevivir con las reservas técnicas. Lo anterior lo hizo a propósito, pensando en que, una vez la salud quedara en cenizas, él, sobre ellas, entronizaría su reforma.

Su áulico principal y ministro del ramo, también dijo una vez por la televisión nacional, palabra más palabra menos, que con el actual estado de cosas había que terminar, para poder imponer su reforma a la salud.

También recordamos a los Olmedos y Sneiders, timoneles principales del robo a la UNGRD, que incluía entre sus objetivos, comprar las consciencias de anteriores presidentes de Senado y Cámara, para que apoyaran el paso fluído de la reforma de marras, en el Legislativo.

El presidente ha demostrado que deshonra los compromisos económicos que tiene la Nación con obras públicas en Antioquia y Medellín, y ya no se nos hace raro que diga olímpicamente, que al sistema de salud no le debe un peso.

Anoche, a las 8:30 p.m., el director de uno de los canales noticiosos de nuestra televisión, entrevistó a una de las voces más autorizadas en cuanto al conocimiento del funcionamiento de las EPS, la doctora Ana María Vesga, la presidente de ACEMI, la organización que agrupa a las principales EPS de Colombia.

Ella, una mujer seria, sabia y serena, nos dijo a los televidentes que el ADRES, la administradora de los recursos del Estado para el sistema de salud, les debe a las EPS – bajita la mano- alrededor de 30 billones de pesos, los cuales dichas Empresas Promotoras de Salud, se los deben a su vez a clínicas y hospitales, y al personal de salud, tanto de aquellas como de éstos.

Además, que el gobierno Petro no ha querido hacer el ejercicio de ajustar el porcentaje de la UPC, que es la unidad de pago por capitación, o sea el dinero que cada EPS recibe por afiliado. El ajuste se hizo recientemente, en un 5.2%, pero las EPS se han quejado, porque, con cifras en la mano, ese ajuste las deja muy desvalidas económicamente. Debería rondar el 17%.

Así está la salud en Colombia, enfrentándose a un gobierno mala paga, que no honra sus compromisos financieros. Mientras esta situación perdure, la salud del sistema y de los pacientes, cada día se deteriora más y más, concluyó diciendo la doctora Vesga.

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