Gustavo Petro desafía a Marco Rubio con frase directa: “Si me quiere poner la pijama naranja, inténtelo”

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El presidente Gustavo Petro volvió a elevar el tono contra Estados Unidos al lanzar una de sus frases más desafiantes en medio de un discurso público, asegurando que, si la administración norteamericana pretende detenerlo, está dispuesto a enfrentar las consecuencias. “Si me quiere poner la pijama naranja, inténtelo”, afirmó, en referencia al uniforme de prisión en ese país.

El comentario estuvo dirigido directamente al secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, a quien Petro acusa de impulsar una campaña internacional para vincularlo con bandas criminales en Colombia. El mandatario sostuvo que Rubio, con apoyo de sectores políticos de derecha en Colombia, estaría promoviendo la idea de que el jefe de Estado colombiano actúa en alianza con narcotraficantes.

En su intervención, Petro señaló que varios dirigentes opositores habrían viajado recientemente a EE. UU. para reunirse con Rubio y —según él— reforzar estas acusaciones. Entre ellos mencionó al alcalde de Cali, Alejandro Éder; al alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez; a la precandidata presidencial Vicky Dávila; y al excanciller Álvaro Leyva, a quienes calificó como “vende patrias”.

El mandatario aseguró que no teme a una eventual acción judicial desde el exterior y que preferiría convertirse en “preso político en los Estados Unidos antes que arrodillarse ante los deseos de Donald Trump”. Petro afirmó que los señalamientos en su contra responden a intereses geopolíticos que buscan debilitar su agenda en América Latina.

La frase de la “pijama naranja” se convirtió rápidamente en el centro de la polémica, al considerarse un desafío directo a Washington en un momento de alta tensión diplomática. Las relaciones entre Colombia y Estados Unidos atraviesan uno de sus periodos más frágiles en años, con desacuerdos sobre política antidrogas, cooperación judicial y declaraciones cruzadas entre líderes de ambos países.

El presidente insistió en que no cederá ante presiones externas y reiteró que los ataques contra su gobierno hacen parte de un supuesto complot para afectar su legitimidad. Hasta ahora, ni Rubio ni la Casa Blanca han respondido directamente a las declaraciones del mandatario colombiano.

Mientras tanto, el escenario diplomático sigue en un punto crítico, y la frase del presidente —“Si me quiere poner la pijama naranja, inténtelo”— marca un nuevo capítulo en el creciente distanciamiento entre Bogotá y Washington.

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