El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue condecorado este fin de semana con el primer «Premio FIFA de la Paz», un galardón de nueva creación otorgado por el máximo organismo del fútbol mundial. La ceremonia tuvo lugar en el Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas en Washington D.C., en el marco del sorteo oficial para la Copa del Mundo 2026, torneo que Estados Unidos coorganizará junto a México y Canadá.
Gianni Infantino, presidente de la FIFA, fue el encargado de entregar la distinción, destacando lo que calificó como una «acción extraordinaria» del mandatario estadounidense en la resolución de conflictos internacionales. Durante su intervención, Infantino subrayó los esfuerzos diplomáticos de la actual administración en regiones críticas como la Franja de Gaza, el sudeste asiático, África y Ucrania. El dirigente deportivo afirmó ante la audiencia que el premio busca reconocer a líderes que «unen a la gente» y aseguró a Trump que el trofeo simboliza el agradecimiento por su compromiso con la estabilidad global.
El galardón, que marca un giro significativo en la tradicional postura apolítica de la federación deportiva, incluye un trofeo dorado y una medalla que el mandatario lució durante el evento. Al recibir el honor, Trump calificó el momento como «uno de los mayores honores de su vida» y enfatizó en su discurso que su gestión ha logrado salvar «millones de vidas», haciendo referencia específica a recientes acuerdos de paz facilitados por su gobierno en la República Democrática del Congo y Ruanda, así como avances en las negociaciones de seguridad en Europa del Este.
La creación de este premio se produce poco después de que el Comité Noruego anunciara los ganadores del Premio Nobel de la Paz, distinción para la cual Trump había sido nominado pero que finalmente recayó en la líder opositora venezolana María Corina Machado. Analistas internacionales interpretan el gesto de la FIFA como una consolidación de la estrecha relación entre Infantino y la Casa Blanca de cara al próximo certamen mundialista, el cual promete ser el evento deportivo más grande de la historia con la participación de 48 selecciones.
El evento no estuvo exento de reacciones diversas en la comunidad internacional, dado que la FIFA históricamente ha evitado involucrarse en asuntos de geopolítica. Sin embargo, la organización defendió la entrega del premio argumentando que el fútbol tiene un poder único para unir al mundo, alineándose con la narrativa de «paz a través del deporte» que Infantino ha promovido durante su mandato. Mientras tanto, las delegaciones deportivas presentes en Washington continuaron con la agenda del sorteo que definió los grupos para la competencia que iniciará en junio de 2026.















