Expresidentes colombianos reaccionan a las acusaciones de Trump contra Petro y alertan por crisis diplomática

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Los expresidentes Ernesto Samper, Andrés Pastrana, Álvaro Uribe, Juan Manuel Santos e Iván Duque se pronunciaron tras las declaraciones del mandatario estadounidense Donald Trump, quien acusó al presidente Gustavo Petro de ser “líder del narcotráfico” y anunció la suspensión de ayudas a Colombia junto con la imposición de nuevos aranceles.

El hecho ha generado una crisis diplomática sin precedentes entre Bogotá y Washington. Trump, desde un acto público en Florida, afirmó que el gobierno de Petro “estimula la producción masiva de drogas en campos grandes y pequeños” y que el narcotráfico “es el negocio más grande de Colombia”. Además, ordenó revisar los acuerdos de cooperación bilateral en materia de seguridad y comercio.

Frente a este escenario, los exmandatarios colombianos manifestaron su preocupación por el deterioro de las relaciones con Estados Unidos y pidieron al presidente Petro actuar con claridad, prudencia y sentido de Estado.

En una declaración conjunta, los expresidentes Andrés Pastrana Arango y Álvaro Uribe Vélez exigieron al jefe de Estado “definir con precisión su relación con Nicolás Maduro y aclarar el llamado Pacto de La Picota”, advirtiendo sobre una posible coincidencia entre las conversaciones de Paz Total y los intereses de organizaciones vinculadas al narcotráfico. Ambos señalaron que la situación “pone en riesgo la seguridad y sectores claves de la economía colombiana”.

Por su parte, Ernesto Samper Pizano calificó las palabras de Trump como “infames y calumniosas”, y recordó que durante décadas la cooperación antidrogas entre ambos países fue un pilar de la relación bilateral. Samper instó a mantener la soberanía nacional, pero sin romper los canales diplomáticos con Washington.

El expresidente Juan Manuel Santos advirtió que “ninguna disputa personal o ideológica debe comprometer los intereses del país” e hizo un llamado a “proteger la estabilidad económica y política frente a las decisiones unilaterales del gobierno estadounidense”.

En tanto, Iván Duque Márquez calificó el episodio como una consecuencia de “una política exterior errática” y subrayó que Colombia “no puede arriesgar su credibilidad internacional ni su posición estratégica en la lucha global contra el narcotráfico”.

El gobierno colombiano respondió con un tono moderado, señalando que “no permitirá agresiones injustificadas contra la soberanía nacional”, pero ratificó su disposición al diálogo con la Casa Blanca. Mientras tanto, la Cancillería confirmó el llamado a consultas del embajador Daniel García-Peña en Washington.

Analistas internacionales advierten que el rompimiento temporal de cooperación podría afectar los programas de seguridad fronteriza, así como los flujos de exportaciones agrícolas e industriales hacia Estados Unidos, principal socio comercial de Colombia. La cotización del peso colombiano registró una caída en los mercados internacionales tras conocerse la noticia.

El ambiente político en el país se tensó aún más con los pronunciamientos cruzados. Mientras sectores cercanos al gobierno califican la reacción de los expresidentes como “oportunismo político”, la oposición insiste en que el país debe asumir una posición responsable para evitar el aislamiento internacional.

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