Colombia despide a Miguel Uribe Turbay entre honores militares y clamor por justicia

TotusNoticias

Colombia rindió este miércoles un adiós solemne al senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, fallecido el lunes 11 de agosto de 2025 tras dos meses de hospitalización por heridas de un atentado. La ceremonia se realizó en la Catedral Primada de Bogotá y estuvo acompañada de honores militares.

La misa fue oficiada por el cardenal Luis José Rueda, quien instó a sembrar «semilla de paz y de esperanza» en medio de un país marcado por la polarización. «Un día en nuestra patria las buenas semillas sembradas con lágrimas… dará fruto abundante entre cantares de paz y de vida nueva», afirmó el purpurado.

El solemne adiós contó con la presencia de expresidentes como César Gaviria, Ernesto Samper y Juan Manuel Santos, así como de la exvicepresidenta Marta Lucía Ramírez. No hubo representación oficial del gobierno del presidente Gustavo Petro, por expreso deseo de la familia.

También asistió una delegación de Estados Unidos que incluyó al subsecretario de Estado Christopher Landau, al senador republicano Bernie Moreno y al jefe de misión diplomática, John T. McNamara, en señal de apoyo internacional.

La ceremonia tuvo un momento particularmente emotivo cuando el hijo menor del senador, Alejandro, de apenas cuatro años, depositó una rosa blanca sobre el féretro cubierto con la bandera de Colombia. Este gesto evocó un episodio similar que vivió Uribe Turbay en 1991, cuando niño se acercó al féretro de su madre, Diana Turbay, asesinado durante un fallido rescate.

La despedida incluyó una interpretación musical de gran significado: el cantante Yuri Buenaventura, apoyado por la Orquesta Filarmónica de Bogotá, entonó la canción “El Guerrero”, un tema que simboliza lucha, liderazgo y esperanza y que la familia eligió como tributo.

Tras la misa, los restos de Uribe Turbay fueron llevados al Cementerio Central de Bogotá, donde fue sepultado junto a figuras históricas como Luis Carlos Galán y Carlos Pizarro Leongómez. Participaron sacerdotes maronitas, en homenaje a la ascendencia libanesa de la familia, que lideraron las oraciones finales.

El funeral marcó un momento de introspección nacional, con voces que condenan la violencia política y piden justicia. La ausencia del gobierno, el dolor de la familia y la conmoción colectiva revelan, una vez más, las profundas divisiones en la sociedad colombiana.

Comparte este artículo