CANDIDATO MAMERTO – Crónicas de Gardeazábal

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Por: Gustavo Álvarez Gardeazábal

Me temo que el Pacto Histórico se equivocó eligiendo como su candidato, para una consulta amplia en marzo, al senador Iván Cepeda. El perfil del senador lo resalta como el del típico mamerto. Es como si, de pronto, la izquierda en Colombia, en vez de rejuvenecerse (como hubiese sido con la Corcho o con Quintero), se hubiese trasladado a las épocas del politburó soviético, donde sus líderes —casi siempre momias— no expresaban nada ni en sus gestos ni en sus palabras.

El senador Cepeda es igualitico a uno de ellos. No se ensucia reuniéndose con la gente de una barriada. Su gesto inmutable no produce atracción, sino obediencia. Sus palabras, casi siempre en tono monocorde, no remueven conciencias ni asustan a derechistas torpes.

Él es fiel a la zurda programada, esquematizada en memoriales y acuerdos, dizque discutida en debates cerrados y siempre de antemano. Competir con él, entonces, en una consulta ampliada en marzo será enfrentarse —para perder— con distintas líneas de izquierda: desde la acomodada a cualquier tinte que encabeza Roy Barreras, el hombre puente de Petro, o la pueblerina y retrógrada de Lizcano, que suma partidos de pipiripao con maquinaciones tras bambalinas.

Pero también con otros de centroizquierda que se convenzan de que solo uniéndose a los zurdos pueden enfrentarse, de verdad, a la tontilonga derecha, donde valen más las ambiciones vengadoras que la capacidad de atraer votos.

Habrá que esperar, por supuesto, la decantación que en breve sufrirán los candidatos por firmas, y después las asambleas subterráneas que harán los contratistas para escoger a cuáles candidatos, de un lado y del otro, apoyarán para seguir ganando con cara y sello al mismo tiempo.

Entretanto, admitamos que con Cepeda el Pacto no vuelve efectivos en marzo esos casi tres millones de votos que levantó el domingo.

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