Atlético de Madrid rompió su mala racha en la fase de grupos del Mundial de Clubes al imponerse con claridad 3-1 a Seattle Sounders en Lumen Field, en lo que representó un respiro tras la derrota inicial frente al PSG. Desde el pitazo inicial, los colchoneros tomaron el control del balón y presionaron con intensidad, generando una ventaja temprana gracias a Pablo Barrios, quien anotó su primer doblete con el primer equipo marcando al minuto 11 y al inicio del segundo tiempo.
El dominio del Atlético continuó en la segunda mitad, con Axel Witsel firmando el tercer tanto poco después del descanso y consolidando la superioridad del equipo madrileño. Entre tanto, Seattle logró recortar distancias con un gol de Albert Rusnák, aunque resultó insuficiente para revertir el trámite del cotejo.
Este triunfo no solo significó una recuperación anímica tras el duro golpe por 4-0 ante PSG, sino que mantuvo vivas las expectativas del Atlético de avanzar en un Grupo B extremadamente competido. Sin embargo, a pesar de sumar tres puntos que los igualan con PSG y Botafogo en la tabla, los colchoneros dependen aún del resultado del otro partido y deberán ganar por al menos tres goles a Botafogo para superar a sus rivales por diferencia de goles.
El técnico Diego Simeone destacó la evolución del equipo en actitud y concentración, aunque lamentó la falta de contundencia que obligará a una respuesta contundente en la última jornada. Además, señaló el impacto que tuvo la temprana derrota ante PSG, que sigue siendo un hándicap en su balance general.
En materia táctica, el Atlético mostró una presión alta efectiva, control de balón en fases clave y capacidad para aprovechar los espacios generados, un aspecto que había fallado en su debut. Barrios demostró una sangre fría y oportunismo notables para marcar su primer doblete en la élite, mientras que Witsel aportó experiencia y solidez desde el mediocampo.
De cara al cierre de la fase de grupos, Atlético de Madrid se enfrenta a Botafogo con la necesidad de un triunfo contundente para avanzar junto a PSG o Botafogo, dependiendo del resultado. Por ahora, el triunfo ante Seattle representa más que tres puntos: es un paso hacia la dignidad deportiva en un escenario donde los grandes europeos han dejado espacio para las sorpresas.
