El expresidente Álvaro Uribe Vélez protagonizó un nuevo capítulo en la confrontación política nacional durante un encuentro con simpatizantes en el departamento de Antioquia. En su intervención, el líder del Centro Democrático lanzó duras críticas hacia la gestión del actual Gobierno Nacional y perfiló lo que, a su juicio, representa la continuidad del proyecto político del Pacto Histórico, centrando sus cuestionamientos en el presidente Gustavo Petro y el senador Iván Cepeda. El exmandatario planteó una interrogante directa a su audiencia respecto a la relación de estos líderes con la región: “¿Quién odia más a Antioquia, Petro o Cepeda?”.
Durante su discurso, Uribe Vélez analizó las posturas ideológicas de ambos referentes del oficialismo, haciendo énfasis en las recientes declaraciones del senador Cepeda sobre la necesidad de profundizar las reformas iniciadas por la actual administración. El expresidente utilizó una metáfora sobre el sistema de salud para ilustrar su preocupación ante una eventual sucesión de poder dentro de la misma línea política, asegurando que mientras la gestión actual ha llevado el sector a una situación crítica, la propuesta de Cepeda implicaría un desenlace fatal para el modelo de aseguramiento en salud.
El líder de la oposición también cuestionó las banderas de austeridad que ha promovido el Gobierno, contrastándolas con cifras específicas sobre el crecimiento del aparato estatal. Uribe señaló que, contrario al discurso oficial de reducción de gastos, se ha evidenciado un aumento en la burocracia diplomática y administrativa. Según las cifras presentadas en su alocución, denunció la creación de 11 nuevas embajadas, 24 consulados y la incorporación de 111.000 cargos adicionales entre contratos y nómina estatal, desestimando así la efectividad de la política de austeridad gubernamental.
La intervención subió de tono cuando el expresidente pasó al plano de las percepciones personales y el trato hacia el departamento de Antioquia. Uribe realizó una comparación sobre el temperamento de ambos políticos, sugiriendo que, aunque percibe animadversión en el actual Jefe de Estado, encuentra rasgos más hostiles en el senador Cepeda. Describió al presidente Petro con momentos de mayor empatía, mientras que calificó a Cepeda con términos severos, refiriéndose a su expresión facial y atribuyéndole un «odio reconcentrado» que, según sus palabras, dirige como un «láser de destrucción» hacia sus contradictores.
Estas declaraciones se producen en un contexto de alta tensión política, donde Antioquia se mantiene como un bastión electoral clave y un punto focal de resistencia a las políticas del Gobierno Nacional. La retórica de Uribe busca consolidar la postura de la oposición de cara a los futuros debates electorales, advirtiendo sobre las consecuencias de radicalizar las reformas actuales y poniendo en duda el compromiso del oficialismo con el desarrollo y bienestar del departamento antioqueño.
