Por: Gabriel Zapata Correa
Las multitudinarias marchas de esta semana, en las principales ciudades y 18 sitios más de todo país, sirvieron para evidenciar del descontento general con el fallo político que tiene privado de su libertad al expresidente Uribe, y por otro lado para ratificar su capacidad de liderazgo que será definitivo en las próximas elecciones legislativas y presidenciales.
Las centenares de miles de personas que salieron a las calles de todo Colombia, demostraron con esta expresión democrática no solo su respaldo al expresidente Uribe, sino el rechazo a un mal gobierno que tiene descuadernada la salud, a miles de pacientes muriéndose en los hospitales y haciendo colas buscando medicamentos; a los jóvenes universitarios ahorcados por las deudas del Icetex; a las madres con sus hijos implorando por los servicios eficientes del ICBF; a los territorios en manos de las bandas de traquetos criminales y a los pueblos en emergencias por las lluvias, abandonados a su destino porque se robaron la plata de la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo.
Y mientras el autoritario presidente, cada día con más rasgos de dictadorzuelo, respira odio y sed de venganza, el expresidente Uribe, desde su hogar de detención, sin odios ni rencores, envía un mensaje alentador a los colombianos, en el cual solicita que se haga una elección de un nuevo gobierno que respete la institucionalidad y la libertad de todos los ciudadanos.
“Compatriotas, siento que mi corazón es pequeño y necesito uno más grande para poder expresar a todos ustedes la infinita gratitud por sus generosas muestras de apoyo y solidaridad. Lo único que les pido es que afiancemos la elección de un gobierno que despeje los nubarrones para que brille la libertad en el coliseo de la patria, cuyo único techo es el infinito cielo. Necesitamos un gobierno de transición que proyecte con estabilidad a largo plazo el futuro democrático de la nación”, dijo Uribe en su intervención.
Y siguió: “Para que esta nación no sea la de más criminales, pero sí la de mayor determinación de desarmar criminales. Para que Colombia no sea la capital mundial de los narcóticos, sino el ejemplo de cómo eliminarlos. Que tengamos un gobierno y un Congreso que anulen cualquier expectativa de legalización de la droga y construyan los cimientos de la libertad en la educación, el deporte, la cultura y el emprendimiento de los jóvenes”.
En el video que el exmandatario publicó en sus redes sociales también le hizo un llamado al futuro de la juventud colombiana. “Que nuestros jóvenes no tengan que vivir del microtráfico, que encuentren su dignidad material y espiritual en la ciencia y en la creatividad. Un país que no se destaque por las mayores tasas de impuestos, sino por los mayores niveles de confianza, inversión productiva y generación de empleo de calidad. Una Colombia de economía fraterna en la que trabajadores y empresarios remen en la misma dirección”.
Uribe expresó un claro llamado para los votantes de las elecciones de 2026, en el que les pidió analizar bien cuál es el futuro del país.
“Un país que su sistema de salud, mixto, privado y solidario, con prevención y atención oportuna, confronte el discurso estatista y el neocomunismo que alarga las filas de espera mientras sigue la destrucción de lo avanzado. Un gobierno que no pretenda gastarse las reservas pensionales de trabajadores, mujeres y jóvenes, para compensar el derroche”, dijo.
Así mismo, pidió un nuevo gobierno “que parezca a las familias de clase media en sus buenas costumbres y en la eficiencia para distribuir los recursos escasos. Que no se despilfarre en burocracias insostenibles ni en sobornos de congresistas”.
Finalmente, Uribe agradeció: “Gracias, compatriotas. Pasa por mi mente la conjunción de razas de esta nación. Detrás de la piel multicolor de los colombianos, veo rostros con profunda fe que elevan plegarias al cielo por la salud de Miguel Uribe Turbay. Necesitamos un gobierno que haga alianzas con países que contribuyan con la erradicación del crimen, no con dictaduras que lo auspicien. Necesitamos un nuevo Plan Colombia con Estados Unidos y la alianza con Israel”.
El expresidente terminó su discurso con una referencia a su condena: “Luchar por la libertad de mis compatriotas disipa la aflicción por la restricción de mi libertad. Cercano ya por el momento de la vida que hará sentir menor fimeza física en mis manos, pido a Dios firmeza en el corazón para no desfallecer en el compromiso”.
El expresidente Uribe ratifica que es el líder más importante de Colombia en los últimos 30 años. Y su capacidad visionaria es la luz que nos muestra el camino que debe seguir el país, sin sectarismos y con todo el espíritu democrático que nos lleve a recuperar la senda que se ha perdido con el mandato autoritario del actual gobierno.