Por: Federico Senior
He insistido en sostener, que no podemos esperar nada positivo de este gobierno, repito y siempre lo hago, el presidente Petro no ha hecho cosa distinta, que cumplir con lo prometido en campaña, en resumen, acabar con todo (o casi todo, para no exagerar).
El verdadero triunfo de Petro está en la manera en que, a todas luces, maneja a la opinión pública, a todos, medios, líderes políticos, sindicales, parlamentarios, de todas las orillas, a su antojo, es que, en definitiva, resultó ser, que quien en verdad conoce lo que es Colombia, su gente, su manera de pensar y de actuar, es el Señor Gustavo Petro.
Y muy bien que aplica ese profundo conocimiento, sabe perfectamente que la nuestra es una sociedad corrupta por naturaleza, infiltrada hasta la médula por el narcotráfico y por todos los grupos armados, conoce mejor que nadie, la infinita mezquindad de la clase política, comprende a la perfección que todos, repito, todos los políticos tienen su precio, de hecho los gobiernos de los últimos cien años, se han movido con el solo fin de establecer, de qué manera se “cuadra” la cosa para hacer uso (léase usufructo) del erario, para obtener el retorno de lo invertido en las campañas, todo está diseñado para funcionar de esa manera, es en verdad aterrador, como el sistema es que funge, la acción se limita a estar encaminada para obtener una tajada, comisión, peaje, mordida o como se le llame, para aceitar el engranaje que mueve todo el “sistema”.
El botín, es el presupuesto, sea de la nación, de la gobernación o del Municipio, es esa la única finalidad, para ello, se ha diseñado todo un aparataje, llamado burocracia, que se encarga de colocar peajes a cada paso, resulta poco menos que repugnante que en los vice ministerios, haya funcionarios, que de paso muchos de ellos están ahí desde hace tiempo, cuya función primordial, es “cobrar” por dar viabilidad a los proyectos, les llegan centenas de propuestas, la mayoría muy serias, y es como si entraran a un laberinto, y ya estando ahí, deben empezar a “circular”, en donde en cada esquina, resulta una talanquera (mal llamadas “mesas técnicas”), que no son más que el soporte supuestamente legal, para impedir que el proyecto sea aprobado y la obra realizada, salvo, que los proponentes estén dispuestos a pagar la coima, con lo cual se obtiene la pretendida “viabilización”.
Ahora bien, todo no termina ahí, puesto que obtenido el aval, el siguiente paso es el de conseguir los recursos, es decir, que de ahí, se debe saltar a otro laberinto, en donde empiezan a jugar las más pútridas componendas, en donde en la cancha están toda clase de “lobistas”, que obedecen a parlamentarios, que tienen “cupos” que otorga el ejecutivo, con el solo ánimo de obtener el dinero, y de por supuesto, conseguir su comisión, sin importar para nada, que el proyecto, la obra, el hospital, aeropuerto, escuela o acueducto se construya, eso poco importa, lo relevante es “robarse” la plata.
En esta época, se ha vuelto un verdadero tsunami, la repugnante marrulla politiquera, anda en la búsqueda de proyectos viabilizados, los parlamentarios consiguen los fondos, obviamente cobrando su correspondiente peaje, dejándole la pelota, al funcionario municipal o departamental, para que éste a su vez, dé su bendición, cobrando su parte e imponiendo al contratista que en teoría deberá ejecutar la obra, el cual a su vez, deberá considerar como costos, los cobros que le exigirán los grupos alzados en armas, o delincuentes comunes, que dominan los territorios en donde se debe llevar a cabo la obra, que si no son atendidos, pues simplemente éstas no se podrán realizar.
Entretanto, mientras el sainete de la rapiña se ejecuta, el ejecutivo, en cabeza del presidente, maneja a su arbitrio, los hilos de los títeres, enreda a moros y cristianos, le importa un bledo cuan justificadas sean sus ideas, propuestas o decretos, le tiene sin cuidado, lo fundamental para él, es sembrar la discordia, la pelea, el conflicto, dividir, prenderle fuego a una cortina de humo cada día, sin siquiera intentar ocultar sus verdaderas intenciones, puesto que de la más cínica de las maneras, éstas nunca las ha ocultado, todo indica que su objetivo es no solo permanecer en el poder, sino que éste (el poder) en su segundo período sea lo más absoluto posible, brincándose congreso, cortes y al que se le atraviese, para que así en su tercer período sea él un dictador absoluto, para hacer de su voluntad la única ley.
Todo esto sucede ante la incrédula mirada de la sociedad civil, las voces de rechazo se dan por miles, “Fuera Petro” se volvió el coro oficial de cualquier evento público, que se entona a pulmón herido con mayor ímpetu que el himno nacional, la aceptación del presidente cae en barrena, la opinión que conceptúa que el país va muy mal, supera el setenta por ciento, pero nada de eso parece importarle a Petro, él es un guerrillero frustrado, al que las instituciones, la Constitución, la Ley, el poder legislativo y el judicial, no son sino innecesarias barreras, que él pretende a cualquier precio derribar, para lograr que su tercer mandato, sea solo el inicio de su dominio dictatorial; de hecho, Petro tiene en mente y fue entrenado para ello, lograr el poder por las armas, daría cualquier cosa, por haber sido alguien a lo Che, o a lo Fidel, para haber bajado de Monserrate con un piquete de subversivos, llegar a Casa de Nariño, secuestrar (o asesinar) al presidente y declararse dictador, él no soporta la idea, de que su derecho absoluto (según él, claro) a ser el autócrata vitalicio de Colombia, lo tenga que lograr mediante éstas para él inútiles lides democráticas, su desprecio por la institucionalidad es tan evidente, que lo demuestra con los nombramientos que hace en los cargos de relevante importancia, los hace, de personajes poco menos que despreciables, enjuiciados, criminales, convictos, empecemos por Benedetti, no es posible encontrar un delincuente de mayor prosapia, confeso, de igual manera imposible encontrar una confesión más clara y contundente de los delitos cometidos, que la que hizo Armandito, en un país serio, estaría preso por cincuenta años, Laura Sarabia, implicada en la supuesta comisión de delitos alrededor de lo sucedido con su empleada Marelbis, con la maleta con todavía no sabemos cuánto dinero, si eran pesos o dólares y claro menos aún de cuál era su procedencia, con el “suicidio” del coronel involucrado en este caso, la lista no es que sea interminable, solo basta decir, que son todos los miembros de su gobierno, personas de muy dudosa probidad, pasan por ahí, el ministro de educación, el Roy, el Guanumen, los correligionarios de los Olmedos y Sneiders, y llegando a lo peor de lo peor, al ministro Montealegre, afeminado tinterillo, retorcido, nauseabundo personajucho de tercera, y como remate final, nada más ni nada menos que el Pastor Alfredo Saade, por favor, el habitante de lo más profundo del pozo de la putrefacción, nombramientos hechos a propósito de personas de ominosa ralea, todo con el ánimo de menospreciar no al personaje, sino a su cargo, denigrando lo que significan, dando a entender que esas funciones son poco menos que necesarias, que no requieren de mayor conocimiento, honradez o ética, que todo eso es solo parte de un abominable sistema, cuyo objetivo es ser eliminado, lo grave radica, en que quienes pueden oponerse, mediante la unión, el acuerdo que lleve a la derrota total, contundente pero democrática de éste régimen, o no existen, o están cegados por el egoísmo de creerse cada uno (o una) con la posesión tanto de la solución como de la verdad absoluta, negándose a considerar que de lo que se trata es de salvar al país de la debacle socialista, y que si no se promueve un acuerdo entre las fuerzas democráticas, la vamos a perder, me refiero a la democracia.
De manera lamentable, la clase política que ha regido a nuestro país tiene poco de impoluta, y si mucho de corrupta, de vendida (ejemplo: Santos a las FARC), de poco respetuosa de la ley, ejemplos, los incontables escándalos de corrupción, que pasan por Fadul y Peñalosa, Chambacú, Reficar, Odebrecht y los centros poblados de la Abudinein, por solo nombrar los más resonados, es por eso, que la obligación y la responsabilidad total, esta en las manos de la dirigencia social, económica, académica, de congregarse, de dejar colgados los egos en el sótano de sus casas y se sienten a pensar, primero en el país, la nación, el estado y la población.
Ojalá y estén a la altura de las circunstancias, el triunfo no lo darán replicando a cada estupidez que salga de la boca o de los dedos del presidente, el triunfo saldrá de la propuesta de país que convoque a las verdaderas mayorías, que hoy sin duda, están más que huérfanas.
P.D: El atentado contra Miguel Uribe, es el acto más atroz, salvaje, repugnante del que se tenga noción en la historia del país, que solo muestra el terrible estado de putrefacción de nuestra sociedad, si el Senador Uribe sale de esta (que es lo que deseamos nueve de cada diez colombianos), será el próximo presidente, que triste, tener que ver al borde de la muerte a una persona decente y bien intencionada, para que sea este el motivo de unión entre la gente decente y amante de la libertad.