Y TODOS CALLADITOS – Crónicas de Gardeazábal

TotusNoticias

Por: Gustavo Álvarez Gardeazábal

El primer rumor de que Trump estaba ametrallando lancheros de Buenaventura comenzó a llegarnos por radio bemba, el boca a boca que pocas veces miente en el puerto. La semana pasada The Washington Post lo afirmó categóricamente: cuatro lanchas, en inmediaciones de Buenaventura por lo menos, fueron ametralladas.

Tanto en la voz a voz como en el convencimiento popular se sabe que iban cargadas de cocaína. Quizás no fueran a buscar costas norteamericanas —sería un absurdo marítimo—. Tal vez más bien estaban, como antaño, buscando el buque madre que les recogía su carga en determinadas coordenadas.

Pues bien, ni el presidente Petro, tan afanado en defender a los venezolanos porque Trump y su superflota les acribilla de vez en cuando, ni los mismos Estados Unidos estuvieron en condiciones de hacer alaraca sobre la manera miserable como, sin derecho a juicio, son ametrallados esos negros lancheros de la costa Pacífica colombiana. Los gringos apenas sí dijeron que habían sido “operativos en el Pacífico Oriental”.

Pero como el Congreso comenzó a hurgarle a Trump su responsabilidad en esta forma de aplicar justicia, y The Washington Post tuvo la pista, se hizo la denuncia. Por supuesto, para Trump resulta mejor no reconocer que son colombianos, porque acá no tiene la gran flota de ataque y le queda muy difícil que el mundo le crea que los 18 carteles colombianos y sus ejércitos de traquetos los dirige Petro.

¿Pero y para Petro? ¿Por qué se ha quedado calladito? ¿No lee The Washington Post? ¿Su policía secreta particular o la oficial uniformada no captan la radio bemba de Buenaventura?

Los acribillados, seguramente, han sido narcotraficantes, pero eran ciudadanos colombianos, condenados a muerte sin fórmula de juicio y sin habernos declarado la guerra. ¿No será hora de que alguien más berraco coja la bocina que Petro usó en Manhattan? ¿O se quedarán calladitos para no perder la visa y no salir en la Clinton?

Comparte este artículo