El domingo 7 de septiembre de 2025, la Plaza de San Pedro será escenario de una ceremonia histórica para la Iglesia Católica: el papa León XIV presidirá la canonización conjunta de los beatos Carlo Acutis y Pier Giorgio Frassati. Será la primera vez que el nuevo pontífice eleve a los altares a dos jóvenes laicos, considerados modelos de santidad contemporánea. Miles de fieles y delegaciones de distintos países asistirán a la misa solemne que proclamará a Acutis y Frassati como santos, un evento transmitido en vivo por canales católicos y que marca un hito en el Jubileo 2025.
Carlo Acutis nació en Londres en 1991 y creció en Milán, donde desde temprana edad demostró un profundo amor por la Eucaristía. Aficionado a la informática, creó sitios web para su colegio y su parroquia y diseñó una exposición digital sobre más de cien milagros eucarísticos reconocidos por la Iglesia. Su vida combinó devoción y tecnología: participaba diariamente en la misa, rezaba el rosario y dedicaba tiempo a obras de caridad sin descuidar su pasión por los videojuegos y la programación. Falleció a los 15 años, en 2006, debido a una leucemia fulminante, y su fama de santidad se extendió rápidamente. Beatificado en 2020, será el primer santo millennial tras la aprobación de un segundo milagro atribuido a su intercesión.
Pier Giorgio Frassati, por su parte, nació en 1901 en Turín en una familia acomodada. Desde niño mostró una inclinación natural por ayudar a los demás: en una ocasión, al encontrarse con una madre y su hijo descalzo, se quitó los zapatos para dárselos. Se unió a la Acción Católica a los 15 años y más tarde a la Tercera Orden de Santo Domingo, dedicando sus recursos y su tiempo a los pobres, a quienes visitaba regularmente para llevar alimentos y asistencia. Además de ser un entusiasta del montañismo, estudió ingeniería con la intención de trabajar en minas y estar cerca de los trabajadores más humildes. Se opuso públicamente al fascismo, fue arrestado durante protestas y canalizó su fe hacia el compromiso social. Murió en 1925 por poliomielitis a los 24 años y fue beatificado en 1990; su canonización estaba pendiente desde entonces.
La ceremonia del 7 de septiembre, considerada la primera gran canonización del pontificado de León XIV, subraya el deseo del Papa de destacar testimonios de santidad cercanos a los jóvenes. El Vaticano ha anunciado la emisión de sellos conmemorativos y actividades paralelas, como vigilias de oración y exposiciones sobre la vida de ambos beatos, mientras que EWTN y otras cadenas católicas transmitirán la misa y el rezo del Ángelus. La Archidiócesis de Washington, entre otras diócesis, ha organizado horas santas y eventos especiales para acompañar espiritualmente la celebración.
Aunque distantes en el tiempo, Carlo Acutis y Pier Giorgio Frassati comparten rasgos que explican su canonización conjunta. Ambos fueron laicos y murieron jóvenes, demostrando que la santidad no está reservada al clero ni a quienes viven largos años. Los dos cultivaron una profunda devoción eucarística y se sirvieron de su contexto —la tecnología en el caso de Acutis y la acción social en el de Frassati— para evangelizar y ayudar a los necesitados. Su amor por los pobres y su compromiso con la justicia social los convirtieron en referentes para generaciones posteriores. Acutis aprovechó Internet para difundir la fe, mientras que Frassati recorrió las calles de Turín ofreciendo alimentos, ropa y compañía a los marginados.
El papa León XIV ha señalado que la canonización de estos jóvenes subraya el papel de la juventud en la Iglesia del siglo XXI y conecta la tradición con la modernidad. Su elevación a los altares será un mensaje poderoso para los católicos: la santidad es posible en cualquier época y ámbito de la vida. Al honrar simultáneamente a un “influencer de Dios” y a un carismático alpinista que defendió a los obreros, la Iglesia invita a los creyentes a vivir su fe con autenticidad, creatividad y servicio al prójimo.