Un devastador terremoto de magnitud 6 en la escala de Richter sacudió la noche del domingo gran parte de Afganistán, dejando un saldo preliminar de más de 800 fallecidos y 2.700 heridos, según confirmaron este lunes las autoridades locales y organismos internacionales de monitoreo sísmico. El epicentro se registró a solo ocho kilómetros de profundidad y a 27 kilómetros de Jalalabad, en la provincia de Nangarhar, informó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
La provincia más afectada ha sido Kunar, donde comunidades enteras quedaron reducidas a escombros. En el distrito de Nurgal, los sobrevivientes describieron escenas de desolación: “El noventa y cinco por ciento de nuestra aldea ha sido destruida. En cada casa hay entre cinco y diez heridos”, relató un residente a la prensa, pidiendo ayuda urgente. Imágenes difundidas muestran a soldados talibanes y civiles trasladando víctimas en camillas hacia helicópteros militares para ser atendidos en Jalalabad y Kabul.
Las labores de rescate se han visto dificultadas por la geografía montañosa y los deslizamientos de tierra que bloquearon carreteras, además de la caída de las redes de comunicación en varias zonas. Autoridades locales indicaron que numerosas aldeas permanecen incomunicadas y que las cifras de víctimas podrían aumentar conforme se logre acceder a los territorios más aislados.
Zabihullah Mujahid, portavoz del gobierno talibán, confirmó que se utilizarán “todos los recursos disponibles” para salvar vidas. En tanto, Sharafat Zaman, vocero del Ministerio de Salud Pública, informó que equipos médicos de Kunar, Nangarhar y Kabul se desplazaron hacia las áreas afectadas, aunque advirtió que muchas comunidades aún no han podido reportar la magnitud del desastre.
El terremoto estuvo seguido de al menos cinco réplicas que mantuvieron a la población en alerta durante toda la noche. Miles de familias permanecen a la intemperie tras la destrucción de sus viviendas, mientras organizaciones humanitarias y autoridades intentan coordinar la entrega de asistencia básica en medio de las emergencias médicas.
La tragedia reabre el debate sobre la vulnerabilidad de Afganistán frente a los desastres naturales, un país con infraestructura precaria y limitado acceso a recursos de emergencia. La comunidad internacional evalúa posibles ayudas para enfrentar esta catástrofe que ha golpeado con especial dureza a una de las regiones más pobres del país.