El régimen de Nicolás Maduro anunció un despliegue de aproximadamente 15 000 efectivos a lo largo de la frontera con Colombia, en medio de crecientes tensiones diplomáticas y de seguridad con Estados Unidos. El régimen lo presenta como una medida de protección soberana frente a amenazas externas, especialmente tras recientes acusaciones por parte de Washington sobre narcotráfico y fortalecimiento del Crimen Organizado. Esta información fue confirmada por fuentes oficiales venezolanas y medios internacionales especializados.
Este despliegue se inscribe en un contexto de escalada política: el gobierno de EE. UU. elevó las recompensas a 50 millones de dólares por información que conduzca a la captura de Maduro, bajo acusaciones de vínculos con el narcotráfico y liderazgo del llamado “Cártel de los Soles”. Como respuesta, Maduro anunció la movilización de una amplia milicia nacional de más de 4,5 millones de milicianos, destinada a garantizar el control territorial y disuadir posibles acciones americanas.
La región fronteriza colombo-venezolana vive una situación crítica: en los últimos meses, el conflicto armado en el Catatumbo, en el departamento colombiano de Norte de Santander, ha generado desplazamientos masivos y enfrentamientos con grupos guerrilleros. En enero de 2025, ambos gobiernos coordinaron acciones militares como la llamada “Operación Relámpago”, destinada a combatir grupos armados ilegales desde ambos lados de la frontera.
Paralelamente, Estados Unidos ha intensificado su presencia militar en el Caribe. Informes recientes indican el despliegue en aguas cercanas de hasta tres destructores de la Armada estadounidense—como el USS Gravely, USS Jason Dunham y USS Sampson—junto con grupos anfibios y miles de infantes de Marina, con la misión explícita de enfrentar a organizaciones criminales transnacionales como el Cártel de los Soles.
Fuentes oficiales de Venezuela sostienen que el refuerzo en la frontera tiene dos objetivos principales: proteger la soberanía territorial frente a lo que Caracas califica como “provocaciones imperiales” y controlar flujos de grupos armados o narcotraficantes. Este tipo de maniobras de poder se han intensificado desde 2025; por ejemplo, a comienzos de año se llevaron a cabo ejercicios militares bajo el esquema “Escudo Bolivariano 2025”, con más de 150 000 hombres desplegados en todo el país y atención adicional en la frontera binacional.
Analistas regionales interpretan el anuncio como parte de la estrategia de Maduro para consolidar control interno y proyectar fortaleza internacional. No obstante, la medida ha sido recibida con preocupación en la comunidad internacional, que advierte sobre riesgos de militarización fronteriza y escalada de confrontaciones diplomáticas. El gobierno colombiano aún no ha emitido una respuesta oficial a este nuevo despliegue, aunque mantienen una postura vigilante dada la situación en el Catatumbo y su impacto en la seguridad nacional.