Por: Gabriel Zapata Correa
Hace rato que el presidente Petro perdió los buenos modales de un mandatario demócrata elegido en las urnas, para convertirse en un personaje autoritario con aires de dictadorzuelo disfrazado de progresista.
¿Qué más podemos pensar los colombianos cuando nos encontramos con un presidente que desconoce y se brinca olímpicamente las instituciones, porque por encima de él no reconoce a nadie?
¿Qué más podemos decir los colombianos cuando pacientes de la salud ven que el mandatario, que predica los valores de la vida y de la dignidad desconoce los fallos de la Corte Constitucional sobre las EPS, y que no ha sido capaz de poner orden en el asunto de los medicamentos?
¿Y qué más podemos pensar los colombianos cuando trata a los congresistas, también elegidos popularmente como él, como HP, porque no aprueban sus proyectos, como si esta célula legislativa fuera una entidad notarial?
No es la primera vez que Petro pierde sus modales de demócrata y sale como una fiera a atacar a diestra y siniestra a quienes no estamos de acuerdo con sus postulados, inclusive sin atender las opiniones de analistas y expertos, como en el caso específico de la reforma laboral y la de la salud, alrededor de las cuales hay estudios de expertos y conceptos autorizados que nada tienen que ver con lineamientos ideológicos.
Escandaloso por demás lo que sucedió esta semana con el ministro de la Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, quien reconoció públicamente que el gobierno tiene a las EPS quebradas, para que le aprueban la reforma a la salud.
“Las tenemos en cuidados intensivos a las EPS para que salga la reforma, porque en la reforma nosotros hemos planteado que hay que pagar las deudas y debe ser el Estado quien las pague”, dijo el ministro Jaramillo.
Esta intención del Gobierno de Petro de poner en riesgo la vida de los enfermos es otra demostración de que a este presidente y sus áulicos colaboradores, activistas, mamertos hasta la médula, no les importa la vida y la salud de los colombianos. Pero vean lo que agregó el ministro Jaramillo: “Sí, tenemos recursos y estamos contemplando cómo sanear el sistema; todo depende de si el Senado quiere aprobar eso o no”.
El ambiente se ha caldeado obviamente, porque explica que se están “asfixiando” a las EPS y provocando, en consecuencia, el “shu shu shu” que advirtió Petro. ¿Se acuerdan de este episodio?
El presidente anunció así que iba a asfixiar a las EPS. Lo prometió y lo está cumpliendo.
El episodio del “shu, shu, shu” se remonta el 12 de marzo del año pasado, cuando el presidente Petro lanzó esta frase: “¿Si yo quisiera acabar las EPS sabe qué hago? No presento el proyecto. Dejo que pase lo que está pasando y shu-shu-shu eso es un dominó. Ni siquiera hay que demorar pagos. EPS quebradas, sus afiliados tienen que pasar a las que quedan, como lo han hecho hasta ahora. Y esas se caen. No es sino esperar”.
¿Cuántas personas han perdido la vida por esta decisión del presidente Petro y del ministro Jaramillo de quebrar a las EPS?
Y esta semana Petro volvió as demostrar su carácter dictatorial, cuando el Senado de la República, en desarrollo de su autonomía, en un acto absolutamente democrático, le hundió su proyecto de consulta popular y “resucitó” la reforma laboral que ha entrado ya a la Comisión Cuarta, que preside la senadora Verde, Angélica Lozano.
Con las reacciones autoritarias de Petro, el mandatario ha demostrado que su interés en la consulta popular no es otro que conectar el activismo de sus seguidores con los candidatos de izquierda con las elecciones legislativas y presidencial.
Pero por dedicarse a hacer política, el mandatario se ha olvidado de los graves problemas que afronta el país, por ejemplo, con las EPS que las lleva a la quiebra intencionalmente; el desorden público que ha generado su Paz Total y que ha favorecido que los grupos criminales traquetos controlen más de 250 municipios de 29 departamentos en todo el país; el problema que afrontan más de 300 mil estudiantes que quedaron colgados de la brocha con los créditos del ICETEX; la falta de presupuesto para atender a los niños y menores del ICBF y el abandono de los programas alimentarios, con los cuales los territorios atendían a niños y jóvenes en colegios y escuelas. ¿Dónde está la plata?
La verdad que esta fue una semana movida. Pero la principal lección que nos deja la derrota de la consulta de Petro en el Senado es que la democracia derrotó a la dictadura. Fue un acto de reafirmación de la autonomía del Congreso para decirle al mandatario que la democracia se resiste a morir en Colombia.