Vistazo a los hechos: En manos del terrorismo

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Por: Gabriel Zapata Correa 

Desde el horroroso magnicidio del senador y precandidato presidencial del Centro Democrático Miguel Uribe Turbay, el país entró en una ola de violencia terrorista que nos ha retrocedido a las peores épocas de hace 30 años, cuando los colombianos fuimos sometidos a una cadena de atentados terroristas indiscriminados, cuyo motor, como ahora, era el macabro negocio del narcotráfico que dirigía el criminal Pablo Escobar.

Porque, ¿qué diferencia habría ahora entre el implacable asesino Pablo Escobar, y los actuales criminales alias “Calarcá”, alias “Iván Mordisco” o Iván Márquez de la Segunda Marquetalia, o los bandidos del Estado Mayor Central, entre otros? ¡Ninguna! A estos bandidos como a Pablo Escobar los motiva el negocio de la coca, más el secuestro, la extorsión, el reclutamiento de menores y el control territorial para fortalecer sus ambiciones criminales sin límites.

Claro que en la actual ola terrorista, con la cual los jefes traquetos de estas bandas criminales nos quieren someter a todos los colombianos, el gobierno del autoritario presidente Petro tiene una enorme responsabilidad porque ha sido blandengue y de mano débil, seguramente en contraprestación por haberle colaborado estos cabecillas en su elección, y como consecuencia de su Paz Total, que no ha sido más que otra estrategia bien diseñada para entregarles los territorios a estos criminales para que engorden sus negocios ilícitos y se fortalezcan militarmente.

Innegable e indiscutible este argumento. El mismo presidente Petro reveló que los criminales, mal calificados como disidencias de las Farc, comandados por alias “Calarcá”, fueron los Autores del macabro asesinato de 13 policías en Amalfi. Es un bofetón que el mismo mandatario se da en la cara. Porque este bandido traqueto y criminal había sido detenido en Antioquia en un retén del ejército en la vía que conduce de Medellín a Anorí, cuando se transportaba en camionetas de la Unidad Nacional de Protección (UNP).

Vale recordar que ese día siete personas fueron detenidas cuando se desplazaban entre los municipios de Barbosa y Cisneros. Entre los capturados figuraban alias Érika, alias Firu, alias Ramiro y alias Boyaco, quienes permanecieron bajo custodia del Ejército en el Batallón Pedro Nel Ospina, en Bello, a la espera de sus audiencias judiciales.

Sin embargo, otros miembros de la caravana, como alias “Calarcá” y alias “Panda”, no fueron detenidos. Alexánder Díaz Mendoza, alias “Calarcá”, fue dejado en libertad por orden del gobierno de Petro, porque formaba parte de la delegación de esa guerrilla en el proceso de paz. El gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, había advertido al país sobre la peligrosidad de este criminal. Pero Petro, en su odio por Antioquia, permitió su libertad y hoy estamos sufriendo en carne propia esta incalculable e irreversible equivocación.

Porque las investigaciones señalan que la orden para ejecutar el ataque en Amalfi provino de Óscar Javier Cuadros Zea, conocido como alias “Chejo” o “Alejandro”, quien lidera la estructura 36 de las disidencias de las Farc. Y junto a él, Alexander Díaz Mendoza alias “Calarcá” y Jesús María Restrepo Borja alias “Panda” o “Darlinson”, todos estos figuran entre los principales responsables señalados por las autoridades de este macabro crimen. Los antiguos aliados de Petro en su Paz Total tienen al país en manos del terrorismo. Y hoy estamos lamentando el vil asesinato de 13 policías, quienes cayeron en una trampa montada por el frente 36 de las Farc en la vereda El Toro de Amalfi, donde los agentes adelantaban la misión de erradicar manualmente la hoja de coca.

A propósito, Petro confirmó que se trató de una trampa. “En el video tomado por uno de los integrantes de la policía, se ve con claridad como la fuerza policial toma la colina, y toma las posiciones de defensa correctamente.

“Allí ya habían trincheras construidas previamente Es probable que los atacantes del narco podían presuponer que un helicóptero aterrizaría allí, o podían interceptar las comunicaciones de la unidad policial. Cuando aterrizó el helicóptero, la zona estaba libre de ataque.

“En el momento mismo de empezar a evacuar, cuando los miembros de la policía ya iban a entrar al helicóptero en tierra, activaron las cargas explosivas. Los cilindros se proyectaron de la profundidad en que estaban y explotaron en la superficie”, escribió el mandatario.

Pero el atentado en Cali es de igual o peor dimensión porque no les importó la población civil. Ocurrió en el corazón de la ciudad y demuestra que estos terroristas, al mando de alias “Iván Mordisco”, otro contemplado del gobierno en su mal llamada Paz Total, no tienen escrúpulos para atentar contra la vida en forma indiscriminada. Seis personas muertas, 71 heridas y daños incalculables dejó este acto terrorista que suma a la capital del Valle en el horror, porque es el cuarto en cadena.

¿Hasta dónde hemos llegado como consecuencia del mal manejo que Petro le ha dado al orden público con su Paz Total? ¿Seguirá empeñado en negociar con estos criminales que ya lo tienen arrodillado y al país en manos del terrorismo?

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