La primera dama de la Nación, Verónica Alcocer, salió al paso de las críticas por su visita al Complejo Carcelario y Penitenciario de Bogotá, La Picota, y sostuvo que su presencia obedeció a un “gesto de humanidad” dirigido a los internos y no a una estrategia política. A través de un video difundido en su cuenta de X, Alcocer explicó que buscó visibilizar los proyectos productivos de artesanías y oficios que adelantan los reclusos como parte de su proceso de resocialización. “Visité el Complejo Carcelario y Penitenciario de Bogotá porque creo en la fuerza de la resocialización y las segundas oportunidades. No es un acto político, es un gesto de humanidad”, afirmó la esposa del presidente Gustavo Petro.
Durante el recorrido, la primera dama fue recibida por reclusos con una pancarta de bienvenida y se detuvo en varios talleres donde hombres y mujeres privados de la libertad elaboran tejidos, ropa y juguetes artesanales. Alcocer subrayó que estos trabajos son “símbolos de dignidad” y destacó la importancia de brindar herramientas laborales y educativas que permitan a los internos reinsertarse en la sociedad. En un discurso improvisado, recordó que todas las personas pueden equivocarse, pero que los presos ya han pagado por sus errores y necesitan oportunidades reales: “Ustedes ya se equivocaron… estos procesos deben fortalecerse para que, cuando ustedes salgan, puedan tener una oportunidad de resocialización afuera”.
La visita a La Picota forma parte de una agenda más amplia de la primera dama en cárceles del país, que incluye otras prisiones donde también se implementan programas de artes y oficios. No obstante, el recorrido generó debate en redes sociales y en sectores políticos que cuestionan una posible instrumentalización electoral. Alcocer insistió en que su presencia pretende humanizar la percepción sobre los privados de la libertad y llamar la atención sobre las condiciones de hacinamiento y la falta de programas estructurados de reintegración. La controversia ocurre en un momento en que el Gobierno impulsa reformas al sistema penitenciario, y pone de relieve la necesidad de políticas efectivas para reducir la reincidencia penal y apoyar a quienes buscan reconstruir sus vidas tras cumplir sus condenas.