En una jornada legislativa marcada por la tensión y la polarización, el Senado de la República de Colombia tomó dos decisiones cruciales que impactan directamente la agenda del presidente Gustavo Petro.
Con 49 votos en contra y 47 a favor, la plenaria del Senado rechazó la convocatoria a una consulta popular que buscaba someter a votación ciudadana una serie de reformas laborales propuestas por el Gobierno. Esta decisión representa un revés significativo para el presidente Petro, quien había impulsado este mecanismo como alternativa tras el hundimiento de su reforma laboral en marzo pasado.
Simultáneamente, el Senado aprobó la apelación al archivo de la reforma laboral, lo que permite reactivar su trámite legislativo. La iniciativa, que había sido archivada en la Comisión Séptima, podrá ahora ser discutida nuevamente en el Congreso, aunque enfrenta el desafío de ser aprobada antes del 20 de junio, fecha límite para su trámite en la actual legislatura.
El presidente Petro, desde China, calificó la decisión del Senado como un «fraude», comparándola con los hechos del 19 de abril de 1970, y acusó al presidente del Senado, Efraín Cepeda, de cerrar prematuramente la votación. Petro hizo un llamado a la movilización popular y solicitó al ejército y la policía proteger a los manifestantes.
Por su parte, la oposición celebró el hundimiento de la consulta popular. El Centro Democrático y Cambio Radical consideraron que la consulta era innecesaria y costosa, argumentando que las reformas deben ser debatidas en el Congreso y no en las urnas.
Aunque la reforma laboral ha sido revivida, su aprobación enfrenta obstáculos significativos. El ministro del Interior, Armando Benedetti, expresó su escepticismo respecto a los tiempos legislativos disponibles para su discusión y aprobación antes del cierre de la legislatura.
La reforma laboral propuesta por el Gobierno incluye medidas como la reducción de la jornada laboral, el aumento de recargos por trabajo en días festivos y dominicales, y la formalización de trabajadores de plataformas digitales.
La decisión del Senado de revivir la reforma laboral mientras rechaza la consulta popular refleja las complejidades políticas que enfrenta el Gobierno de Petro. Con un Congreso fragmentado y una oposición fortalecida, el camino para la aprobación de reformas estructurales se presenta desafiante.