Petro nos taponará los Oídos

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Por: Gustavo Álvarez Gardeazábal

El presidente Petro ha puesto a su protegida Susanita, la ministra del Medio Ambiente, a que nos prohíba desde el 7 de julio limpiarnos los oídos con los tradicionales copitos de algodón que nos ayudan a sacar la cera que se acumula oreja adentro. Seguramente lo hacen porque algún otorrino desfasado que trata al presidente y a su ministra les dijo que eso no es conveniente, o de pronto porque la batalla contra los plásticos de un solo uso requiere de un apoyo tan monumental o tan estúpido como el que le dimos a la transición energética universal prohibiendo explorar gas y petróleo. Quizás, pero nos deja pensando en si cuando decretaron esa medida draconiana tuvieron en cuenta los inconvenientes que le van a generar a los 50 millones de colombianos.

Pensemos no más en la encartada que nos vamos a pegar cuando lleguemos al supermercado y ya no haya chuspas plásticas para echar los tomates, los lulos o las cebollas cabezonas y tengamos que echarlas sueltas todas en la canastilla y sacarlas una a una en la caja. ¿Cuán largas irán a ser las colas y cuán frecuentes los insultos para las cajeras del supermercado por la demora en contabilizar cebolla tras cebolla? Y, ¿cómo van a hacer los de la carnicería de la esquina del barrio si ya no pueden enchuspar en bolsa plástica el kilo de carne y el chicharrón del almuerzo que les compra el ama de casa para salir del apuro? Parecería que Petro y Susanita nos quieren hacer volver a las épocas en que se empacaba la carne en hojas de plátano y se usaban las güambías de cabuya tejida. O de pronto lo que el inefable gobierno quiere es que todos lleguemos a los supermercados con mochilas arhuacas para echar ahí, temporalmente mientras vamos de la góndola al cajero, las frutas y las verduras y así les aumentemos el ingreso a los habitantes de la Sierra Nevada. No hay duda, Susanita y Petro pasarán a la historia risible de este país de ciudadanos con los oídos taponados.

Nos vemos de nuevo el martes, luego de este puente parrandero.

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