La líder opositora venezolana y reciente ganadora del Premio Nobel de la Paz, María Corina Machado, confirmó este jueves desde Oslo que contó con la colaboración del gobierno de Estados Unidos para lograr su salida del territorio venezolano. En su primera comparecencia ante los medios tras llegar a la capital noruega, Machado ratificó los rumores sobre la logística internacional que permitió su traslado, luego de permanecer en la clandestinidad desde agosto de 2024 debido a la persecución del régimen de Nicolás Maduro.
Durante una rueda de prensa en el Instituto Nobel, la dirigente respondió afirmativamente al ser cuestionada sobre la participación de Washington en su escape. «Sí, recibimos ayuda del gobierno de Estados Unidos», declaró Machado, aunque se abstuvo de entregar detalles específicos sobre las rutas o los métodos utilizados, argumentando la necesidad de proteger a las personas que arriesgaron su seguridad para asistirla. Informes de prensa internacional sugieren que el operativo incluyó el paso por múltiples controles militares y un traslado marítimo hacia la isla de Curazao antes de volar a Europa.
A pesar de reconocer el respaldo estadounidense para su movilidad, Machado marcó distancia frente a las operaciones de seguridad que el gobierno de Donald Trump podría estar ejecutando en el Caribe. La líder política aclaró que su equipo trabaja arduamente con la administración norteamericana en la planificación de una transición democrática, pero enfatizó que no están involucrados en decisiones de seguridad nacional o acciones militares de otros países. «Cada país tiene su propio derecho a la legítima defensa», puntualizó, refiriéndose a las medidas de presión externa contra la dictadura venezolana.
La galardonada, quien no logró llegar a tiempo para la ceremonia oficial de entrega del premio —recibido en su nombre por su hija Ana Corina Sosa—, aseguró que su estancia en el exterior es temporal. Machado afirmó categóricamente que regresará a Venezuela «lo antes posible» para continuar la lucha política en el terreno, una vez complete una agenda estratégica de reuniones en Europa que considera vitales para la causa democrática.
En cuanto al futuro político de su país, la opositora reveló que, junto al presidente electo Edmundo González Urrutia y su equipo técnico, ya tienen estructurado un plan de gobierno para las primeras «100 horas y los siguientes 100 días» de una eventual transición. Este proyecto busca abordar de manera inmediata la crisis multidimensional que atraviesa la nación suramericana, garantizando la estabilidad y el restablecimiento del orden constitucional desde el primer momento de un cambio de mando.
