El presidente Nicolás Maduro advirtió este lunes 1 de septiembre que Venezuela afronta “la más grande amenaza que se haya visto en nuestro continente en los últimos 100 años”, tras la presencia de ocho barcos militares estadounidenses equipados con 1 200 misiles y un submarino nuclear “apuntando” hacia su país.
Durante una rueda de prensa en Caracas, Maduro calificó el despliegue como “extravagante, inmoral, sangriento y absolutamente criminal”, comparándolo con la crisis de misiles de Cuba en 1962. A través de imágenes satelitales y testimonios militares, se confirma la presencia naval como parte de una operación regional desplegada por Estados Unidos.
Maduro anunció que Venezuela activó la “máxima preparación” de sus fuerzas armadas, movilizando milicianos y reservistas. Declaró que, en caso de ataque, el país entraría inmediatamente en un estado de “lucha armada” y se constituiría como “República en armas”.
El mandatario acusó al secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, de impulsar la escalada militar y advirtió que busca “manchar las manos” de Donald Trump “con sangre latinoamericana, caribeña, venezolana”, una acusación que sitúa al senador como instigador de una confrontación directa. También sostuvo que los canales diplomáticos con Estados Unidos se encuentran “maltrechos”, pero no rotos.
Desde la perspectiva de Washington, la operación es parte de un esfuerzo de seguridad regional orientado a combatir cárteles de narcotráfico. Sin embargo, Maduro y altos funcionarios nacionales han denunciado que la acción busca justificar una intervención extranjera y promover un cambio de régimen.
En respuesta a la escalada, Venezuela solicitó una reunión urgente de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) para denunciar lo que califica de agresión militar estadounidense en la región.
