El senador Iván Cepeda anunció formalmente que iniciará acciones legales contra Tomás y Jerónimo Uribe, hijos del expresidente Álvaro Uribe, a quienes acusa de orquestar una campaña difamatoria en su contra. Cepeda sostiene que los señalamientos contra su persona, particularmente la etiqueta de “heredero de las FARC”, se han difundido de forma deliberada y maliciosa a través de redes sociales, afectando su reputación pública.
Cepeda explicó que esta ofensiva comenzó hace algunas semanas, motivada por la reciente condena del expresidente Uribe por delitos de fraude procesal y soborno en actuación penal. Según el senador, los discursos difundidos por los hijos del líder del Centro Democrático no solo pretenden desprestigiarlo, sino también involucrarlo en una confrontación política de carácter judicial.
Además, Cepeda denunció que Tomás y Jerónimo están realizando gestiones en Estados Unidos con el propósito de buscar “padrinos políticos” que impulsen acciones judiciales contra él en ese país. Este panorama, según el senador, refleja una estrategia de presión internacional y de ataque político coordinado..
Tomás Uribe respondió a través de su cuenta en X, calificando las futuras demandas como un intento de silenciar a la oposición. Asimismo, describió como una “guerra legal” una supuesta ofensiva judicial sostenida por Cepeda y enmarcó la disputa en un proyecto político binacional entre Venezuela y Colombia.
El trasfondo de esta disputa se relaciona con la condena de Álvaro Uribe en julio de 2025, el primer expresidente colombiano declarado culpable de soborno en actuación penal y fraude procesal. Tras el fallo de primera instancia, Uribe fue sentenciado a 12 años de prisión domiciliaria, lo que ha intensificado la polarización política y mediática en el país.
Este nuevo episodio político-judicial añade tensión al escenario electoral y al debate sobre justicia en Colombia. La reacción de Cepeda, al emprender acciones legales, marca un punto de inflexión en el enfrentamiento con la familia Uribe, mientras las posiciones desde ambas veredas se radicalizan en clave de campaña y legitimidad judicial.
