EL JUEGO DE PETRO

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Por: Federico Senior

Todos caemos en él, de manera muy hábil, el presidente utiliza su celular, sus aburridísimos discursos, o cualquier intervención pública, en peroratas repletas de frases repetidas, de anacrónica retórica de lucha de clases, caza peleas, ataca, contesta, ofende, acusa, condena, critica, se escuda, se excusa, todo con la sola intención de crear una incesante cadena de cortinas de humo, producidas por un solo incendio: La firme intención de perpetuarse en el poder, a las buenas o a lo Maduro, a las malas.

Muy de seguro, ni siquiera va a necesitar el método de “a las malas”, para nada, juega Petro con aquello que proclamó César hace más de dos mil años “divide y vencerás”, es más, ni siquiera va a tener que tomarse el trabajo de dividir, es que la tiene fácil, esto, debido a que la oposición es solo una colcha de retazos, de una pléyade de pusilánimes que solo piensan en si mismos para llegar al poder (léase: echarle mano al erario de la nación).

Ninguno, ni Vargas Lleras, ni la Cabal, ni la Valencia, ni Roy, ni el pobrecito niñito Uribe Turbay, ninguno, no hay, no tenemos quien convoque a las fuerzas democráticas del pueblo, las una y se torne de verdad en una alternativa real a la nefasta izquierda.

Sucede hoy día, lo que antes sucedía con la izquierda, ésta última estaba siempre dividida, así que fácil le quedaba a la clase política tradicional, seguir ganando las elecciones, amen de todo ese sórdido mundo de compra de votos, de Aida Victoria y su casa blanca y centenas de ejemplos similares o peores, todo destinado a conservar el poder.

Nos pone como a zombis, el presidente a hablar cada día de cosa distinta, varía a voluntad los temas, o los atracos a la UNGRD y sus payasos de Olmedo y Sneyder, o de las pudendas aventuras de cama, de cajas llenas de billetes que no llegaron a campaña de su no criado hijito “Nicolasito” (no las necesitaban, ya tenían los quince mil que consiguió el flamante Embajador en Italia), o de la rechifla en el Metropolitano, o de Verónica y su masajista, o del “muy fructífero” viaje de Doña Francia a África, o de la gasolina del helicóptero de la idem, y si no son escándalos, se inventa pendejadas, como cambiar el escudo, o llamar a la FAC Fuerza Aeroespacial, o decir mas tonterías, como las de mandar tejido humano colombiano a Marte, o el trencito de Buenaventura a la Costa, o del paseíto por el casco antiguo de Panamá con su antenada amiguita, o de las inversiones forzosas, o de la negativa de entregar los dineros que les corresponden a las EPS o al Senado, o pelea con Israel y no le vende carbón, o no dice ni pío del cínico robo de las elecciones en Venezuela (y así pone a hablar a todo mundo, que si apoya, que si sí, que si no) o la constituyente o la nueva reforma tributaria, todo el día, todos los días, hay en la palestra un tema distractor, lea bien: “distractor”, porque nunca hay una propuesta buena, decente, proactiva, creativa, productiva, nada, todo es lanzado al público, para generar desazón, entre tanto, y haciendo eco a toda esta cantidad de estupideces, salen todos y cada uno de los actores del acontecer nacional, los políticos, los petristas aplaudiendo, los opositores gritándole mil insultos, como si con eso lograran algo, los medios de comunicación, haciendo retumbar sus voces, de rechazo, y le dan, y le dan, a los gremios, a los guerrilleros, activos o semi activos, a los paramilitares, a los empresarios, a los maestros, los transportadores, a los paperos, a los cultivadores de coca, a los raspachines, a los médicos, prostitutas, proxenetas, policías de pueblo, curitas, soldaditos muriéndose de miedo, de tiroteos, de hambre y de abandono, a los generales que casi ya ni mandan, en fin, a todo el mundo, opinando, espetando improperios o alabanzas, y todos, sin excepción ajenos a su lamentable actuar de borregos, que con su proceder solo están otorgándole al presidente el resultado que él pretende, que todo el mundo hable de sus tonterías, mientras, él deja que el tiempo pase, que los que deberían estar buscando el candidato que le dé la pelea, estén distraídos respondiendo en una estúpida competencia, de cual puede ofender más al mandatario, no entendiendo que esto a él le importa un bledo, a él le resbalan los insultos, que eso, repito, es lo que él quiere, entonces, el tiempo va pasando, la oposición no buscó a su líder, y Petro, con su treinta por ciento, vuelve él o quien él ponga, a ganar las elecciones, porque los inútiles de la oposición, se dedicaron a pelear entre sí, a no ponerse de acuerdo y al final, llegar divididos a las elecciones, perdiendo cualquier posibilidad de conseguir un relevo al desastroso gobierno de izquierda. Eso es lo que va a suceder, sino detenemos el apoyo que le estamos dando a Gustavo, haciéndole eco a todo lo que hace y dice.

Nos maneja, nos manipula, como hábil titiritero, y todos caemos en su macabro juego, todos caemos en “EL JUEGO DE PETRO”.

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