La Seccional de Tránsito y Transporte del Meta protagonizó una emotiva jornada social que reunió solidaridad, servicio y humanidad, al llevar atención integral a habitantes de calle y adultos mayores de la región. Con un despliegue de actividades y recursos, los uniformados reafirmaron que su labor no se limita a velar por la seguridad vial, sino también a tender la mano a quienes más lo necesitan.
La iniciativa incluyó la entrega de alimentos calientes, ropa y zapatos nuevos, así como cortes de cabello, detalles que arrancaron sonrisas y renovaron la autoestima de los beneficiarios. El gesto no solo alivió necesidades básicas, sino que también recordó el valor y propósito de cada vida, sin importar las circunstancias.
En el caso de los adultos mayores, la jornada comenzó con la celebración de la Santa Eucaristía, momento de oración y encuentro espiritual que dio paso a una serie de actividades de cuidado personal, como cortes de cabello, manicure y la entrega de kits de aseo. También se realizaron dinámicas recreativas como bailoterapia, juegos, cantos y música en vivo, generando un ambiente de alegría y participación.
Los asistentes recibieron refrigerios y participaron activamente en cada propuesta, rompiendo la rutina y compartiendo momentos que fortalecieron el sentido de comunidad. La Policía destacó que este tipo de espacios buscan no solo brindar bienestar físico, sino también emocional y social, manteniendo vivo el espíritu lúdico y la energía que todos llevan dentro.
En un episodio aparte, los uniformados también demostraron su compromiso con la protección de la vida animal. Un grupo de patitos, desorientados y en peligro al intentar cruzar una vía, fue rescatado y guiado con cuidado hasta un lugar seguro. Este gesto evidenció que la misión de la Seccional de Tránsito y Transporte del Meta abarca todas las formas de vida, reafirmando su compromiso con la seguridad y la protección integral.
Con acciones como esta, la Policía de Tránsito del Meta fortalece la confianza ciudadana y envía un mensaje de esperanza, recordando que servir también es cuidar, acompañar y compartir, más allá de las funciones operativas y de control en las vías.
