La instalación del nuevo periodo legislativo en Colombia estuvo marcada por la controversia, luego de que el presidente Gustavo Petro ofreciera un extenso discurso de más de dos horas y media, lo que generó incomodidad entre varios congresistas de la oposición. La senadora Paloma Valencia, del partido Centro Democrático, fue una de las voces más críticas durante su intervención de réplica, en la que acusó al mandatario de presentar una intervención llena de “imprecisiones” y reclamó el escaso tiempo asignado para responderle.
«Solo voy a tener 10 minutos para contestar sus 2 horas y media de imprecisiones», afirmó Valencia con visible molestia, al tiempo que reprochaba las constantes interrupciones que dificultaban su discurso. La congresista aseguró haber consultado a cientos de ciudadanos sobre lo que le dirían al presidente, y aunque reconoció que algunos manifestaron afecto hacia él, una gran parte expresó inconformidad con su gestión, en especial por la percepción de promesas incumplidas.
El descontento no fue exclusivo de Valencia. Efraín Cepeda, presidente saliente del Congreso, también cuestionó duramente al jefe de Estado, reprochándole sus constantes ataques a la prensa, al sistema judicial y a otras instituciones democráticas. Cepeda subrayó la importancia del respeto entre poderes y advirtió sobre los riesgos de polarización que pueden derivarse del discurso presidencial.
En medio del encendido debate, otro de los puntos de fricción fue la gestión del sector salud. Mientras el presidente Petro elogió el trabajo del ministro Guillermo Alfonso Jaramillo y su rol durante la Alcaldía de Bogotá, Paloma Valencia contrastó esa visión afirmando que “la salud en Colombia está en crisis” y que las decisiones gubernamentales han generado incertidumbre en pacientes y profesionales del sector.
La jornada en el Salón Elíptico del Capitolio Nacional dejó claro que el nuevo periodo legislativo arranca con fuertes tensiones entre el Gobierno y la oposición. Mientras el mandatario insistió en los logros de su administración y defendió su modelo de cambio, los sectores críticos no escatimaron en señalar fallas estructurales y advertir sobre lo que consideran una deriva autoritaria.
Por ahora, las réplicas de los partidos de oposición continúan, mientras el presidente Petro y los representantes del Pacto Histórico escuchan con atención. El clima político, lejos de apaciguarse, parece agudizarse en medio de un año clave para las reformas sociales y estructurales que propone el Ejecutivo.