Con el fallecimiento del Papa Francisco, el Vaticano ha activado un protocolo detallado que orientará el rito funerario y la transición en el liderazgo de la Iglesia Católica. Parte de este procedimiento fue actualizado recientemente por el propio Pontífice en noviembre de 2024, cuando aprobó una nueva edición del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, el documento que regula las exequias de un Obispo de Roma.
El nuevo orden busca simplificar los rituales y destacar la dimensión pastoral del Papa como servidor de Cristo y de su pueblo, alejándose de las formas excesivamente ceremoniales del pasado.
Entre los aspectos más notables del protocolo reformado se encuentra la eliminación del tradicional triple ataúd (ciprés, plomo y roble), optando por un único féretro de madera con refuerzo interior de zinc. De acuerdo con la nueva normativa, el cuerpo del Papa será velado directamente en ese ataúd, sin catafalcos elevados ni símbolos de poder, permitiendo una cercanía mayor con los fieles durante la despedida pública.
El rito de constatación de la muerte también fue modificado: ahora se realiza en una breve ceremonia en la capilla privada de la Casa Santa Marta, donde residía el Papa, y no en su habitación. Esta ceremonia fue presidida por el cardenal Kevin Farrell, camarlengo de la Santa Iglesia Romana, y dio inicio formal al proceso funerario.
Rompiendo nuevamente con la tradición vaticana, Francisco pidió ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, un templo que visitó con frecuencia para encomendar sus viajes apostólicos a la Virgen María. Su tumba estará ubicada entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza, en el suelo, sin ornamentaciones, con una sencilla inscripción: Franciscus.
Este deseo refleja su espiritualidad profundamente mariana y su opción por una Iglesia más humilde, centrada en la compasión y la cercanía con el pueblo.
A partir de su fallecimiento, se ha declarado la sede vacante, lo que significa que la Iglesia está temporalmente sin Papa. El camarlengo asumirá el gobierno interino del Vaticano, garantizando la administración ordinaria sin tomar decisiones de largo alcance.
Este martes se celebrará la primera congregación general de los cardenales, quienes comenzarán a preparar el próximo cónclave. Aunque la norma tradicional estipula un plazo de 15 días para iniciar la elección del nuevo Papa, las reformas de Benedicto XVI permiten adelantarla si todos los cardenales electores ya están presentes en Roma.
Aunque la fecha oficial aún no se ha definido, se espera que el funeral del Papa Francisco tenga lugar entre el jueves 24 y el viernes 25 de abril. Será una ceremonia solemne pero austera, en sintonía con el espíritu reformador del pontífice. Su cuerpo será velado en la Basílica de San Pedro antes del entierro.
Las reformas del Ordo Exsequiarum y las disposiciones personales del Papa Francisco resumen su visión de una Iglesia más sencilla, centrada en el Evangelio y cercana a los pobres. Su legado se mantiene vivo no solo en palabras, sino también en gestos concretos que marcarán una nueva etapa en la historia de la Iglesia Católica.
