El precandidato presidencial Sergio Fajardo ha emitido una declaración oficial en la que define la ruta estratégica de su campaña, marcando distancia de las consultas interpartidistas tradicionales. En su comunicado, el exgobernador de Antioquia argumenta que dichos mecanismos electorales, en el contexto actual, no representan una solución viable para el país, pues terminan beneficiando a las posturas radicales y debilitando las opciones moderadas. Según su análisis, las consultas dividen a la nación en bandos opuestos y provocan que «el centro quede estrangulado», razón por la cual ha decidido apostar por una candidatura independiente que busque la unión directa en las urnas.
Fajardo enfatizó que Colombia atraviesa un momento crítico caracterizado por un agotamiento generalizado frente a la confrontación política. Utilizando un lenguaje coloquial para conectar con el sentir ciudadano, afirmó que el país está «mamado» de la polarización, un fenómeno que, según su lectura, se intensificó desde el plebiscito de 2016, propició la victoria de Iván Duque en 2018 y fue determinante para la elección de Gustavo Petro. Para el candidato, este escenario de división constante ha sumido a la nación en malestares, rabias y frustraciones que impiden el avance social y económico.
La propuesta del movimiento «Adelante», liderado por Fajardo, busca trascender la etiqueta tradicional de centro, al considerar que este espectro político existe pero «no es suficiente» por sí solo. Su objetivo es conformar una «nueva mayoría» que integre no solo a los centristas, sino también a personas moderadas provenientes tanto de la izquierda como de la derecha que deseen soluciones pragmáticas basadas en acuerdos y consensos básicos. Esta coalición política, social y territorial tiene como meta principal superar el caos generado por los extremos y garantizar la seguridad y la sana convivencia.
En su mensaje, el candidato identificó claramente a quienes considera sus opositores, aclarando que el enemigo no son los colombianos mismos, sino la corrupción, los odios y las venganzas. Fue explícito al señalar que su proyecto busca derrotar a los «radicales», mencionando específicamente figuras como Cepeda y De La Espriella, a quienes ubica en los extremos del espectro político. Su estrategia se centra en convocar a la «mayoría silenciosa» y a los ciudadanos sensatos para proteger la institucionalidad y la Constitución, a la cual define como el verdadero pacto social que debe ser resguardado por la democracia.
Finalmente, aunque Fajardo expresó su respeto hacia aquellos sectores afines que optarán por medirse en consultas, reiteró que su camino será diferente y enfocado en la primera vuelta presidencial. Su visión plantea reagrupar fuerzas alrededor de una figura capaz de ganar en segunda vuelta a cualquier extremo, mediante una política que entienda las desigualdades profundas entre las personas y las regiones. Con esta declaración, Fajardo busca posicionarse como la alternativa de unión frente a la fragmentación política, cerrando la puerta a mecanismos previos de selección de candidatos y abriéndola a una construcción colectiva directa con el electorado.
