El Distrito avanza en la recuperación de 169 puntos críticos de residuos sólidos identificados en la ciudad, mediante una estrategia integral que combina sensibilización ambiental, participación comunitaria y gestión territorial. Más de 227.000 habitantes han sido formados en prácticas sostenibles, reforzando el compromiso colectivo con el cuidado del entorno y la transformación de los espacios públicos.
Durante el año, los promotores ambientales de la Secretaría de Gestión y Control Territorial han desarrollado 91 actividades de apropiación territorial y 16 mesas de corresponsabilidad, con más de 60 encuentros en diferentes comunas. Estas acciones han fortalecido la cultura ambiental y fomentado la cooperación entre la institucionalidad y la ciudadanía, impulsando una Medellín más limpia y sostenible.
Actualmente, 238 promotores ambientales acompañan procesos pedagógicos en los sectores priorizados. “Seguimos impulsando acciones que unen comunidad e institucionalidad para mantener una Medellín sostenible. Este programa demuestra que el cambio cultural sí es posible cuando la ciudadanía se convierte en protagonista de la transformación de su entorno”, señaló la subsecretaria de Servicios Públicos, Manuela García Gil.
Como parte de la estrategia, el Distrito realizó el Primer Foro de Intercambio de Saberes, un espacio de diálogo en el que padrinos, madrinas, líderes ambientales y vecinos compartieron experiencias exitosas en la recuperación de puntos críticos. Durante el evento se destacaron las buenas prácticas, las metodologías de trabajo comunitario y la importancia del liderazgo ciudadano en la sostenibilidad urbana.
William Arango, padrino del corregimiento San Cristóbal, resaltó el valor del encuentro: “Esta actividad me pareció excelente, porque resalta el interés que tenemos en nuestros sectores para que nos mejoren los puntos críticos. Es importante reconocer a las personas que reciclan y separan los residuos sólidos en nuestras comunidades”.
El programa ha demostrado que mantener la ciudad limpia va más allá de la recolección de basuras. Su éxito radica en la corresponsabilidad ciudadana: vecinos que dialogan, siembran, cuidan y transforman sus entornos. Medellín consolida así un modelo de gestión ambiental participativo, donde cada acción comunitaria contribuye a una ciudad más habitable, solidaria y sostenible.














