Paloma Valencia apuesta por romper «techo de cristal» y liderar a Colombia hacia la igualdad

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En una entrevista reciente, la senadora Paloma Valencia (Partido Centro Democrático) expuso su visión para Colombia y defendió con énfasis la necesidad de que una mujer alcance la Presidencia del país, afirmando que “elegir a una mujer presidenta sería un gran paso para el país”.

Durante la conversación con el pódcast “En Off” del diario Vanguardia, Valencia señaló que su aspiración personal —ser presidenta— trasciende lo individual y refleja una urgencia de equidad: «no creo que las mujeres seamos mejores que los hombres en ningún sentido. Lo que sí es mejor es una sociedad en la que todas y todos tengamos los mismos derechos».

La senadora subrayó que desde niña soñó con ser presidenta, pero que la adolescencia le hizo sentir que ese rol le estaba vedado por su género, fenómeno que describió como “techo de cristal”. “Nadie te lo dice, pero lo sientes, como si ser mujer implicara no poder ser presidenta”.

Para materializar su propuesta de equidad, Valencia plantea medidas concretas, entre ellas incentivos tributarios para quienes financien campañas lideradas por mujeres, y políticas activas contra el bullying político y la violencia de género en espacios de liderazgo. Estas estrategias buscan compensar las barreras económicas, culturales y estructurales que enfrentan las mujeres en la política.

Asimismo, Valencia presentó un plan de seguridad nacional basado en lo que denomina las “4 R”: reducción de ingresos del crimen organizado, robustecimiento de la Fuerza Pública, reconquista de las comunidades y restablecimiento de la legalidad.

En esta línea, propone retomar la erradicación forzosa de cultivos ilícitos, perseguir rutas financieras ilegales, controlar las criptomonedas vinculadas al narcotráfico, invertir en inteligencia financiera y tecnológica, además de impulsar proyectos productivos alternativos en territorios abandonados o controlados por grupos criminales.

En materia económica, Valencia se mostró a favor de formalizar la economía popular mediante un programa que denomina “Invima Emprendedor”, créditos digitales para vendedores informales, trazabilidad financiera que no criminalice, y explotación de la renta petrolera con licencias de fracking apoyadas en inteligencia artificial, para financiar la transición energética y proteger ecosistemas estratégicos como la Amazonía.

En referencia al papel de la cultura, la senadora insistió en que “una política sin cultura es una gestión sin alma”, y calificó la cultura como un hilo que puede volver a amarrar la confianza social que la violencia y la fragmentación han roto en Colombia.

Valencia identifica la seguridad como “el potrero donde pueden pastar los derechos” —la metáfora ganadera que empleó—, indicando que sin un terreno firme de legalidad y orden no es posible el florecimiento de la educación, la salud o el emprendimiento.

El planteamiento de la senadora llega en un momento en el que Colombia afronta desafíos significativos en materia de violencia, estructuras estatales débiles en regiones apartadas y una baja participación femenina a nivel de máximos cargos ejecutivos. Su discurso combina una retórica de ruptura simbólica —la posibilidad de que una mujer sea presidenta— con la concreción programática.

La propuesta de Valencia pone un foco directo en la intersección entre género, seguridad y economía, apostando por una narrativa de transformación estructural y simbólica al mismo tiempo. Su discurso apuesta por cambiar la “manera como los niños ven a las mujeres y cómo las niñas se ven a sí mismas”.

En definitiva, la senadora Paloma Valencia propone que la equidad de género no sea únicamente un ideal, sino un componente activo del proyecto político y de país del que aspira a formar parte.

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