El Partido de la U decidió suspender de manera provisional por tres meses la militancia de Julián David López Tenorio, actual presidente de la Cámara de Representantes de Colombia, tras el anuncio de creación del movimiento interno denominado “La Nueva U”, según comunicados oficiales.
El órgano disciplinario del partido, el Consejo Nacional Disciplinario y de Control Ético (CNDCE) del Partido de la U, argumentó que la declaración del movimiento “La Nueva U” implicaba actuaciones que atentan contra la unidad partidaria, el uso indebido de símbolos del partido, y la articulación de una disidencia no autorizada.
Como parte de las medidas cautelares adoptadas, López queda sin derechos de voz y voto en nombre del Partido de la U, no podrá ejercer cargos de representación o dirigencias en nombre de la colectividad, y se le ordenó retirar cualquier manifestación pública o digital que promueva “La Nueva U” o implique el uso de símbolos o gráfica del partido sin autorización.
La suspensión se da en un contexto político sensible, con miras a las elecciones de 2026. El Partido de la U, a través de sus directivas —entre ellas Alexander Vega y Clara Luz Roldán—, negó la existencia de una escisión formal y aseguró que seguirá como “una sola fuerza política”.
La medida también plantea implicaciones sobre la presidencia de la Cámara de Representantes. De acuerdo con el comunicado, la notificación del Partido de la U al Congreso contempla que López no podrá continuar presidiendo la plenaria de la corporación en representación de la colectividad, al menos durante la vigencia de la sanción.
Desde el partido se insiste en que la sanción no es definitiva sino precautoria, mientras avanza la investigación interna, cuya fase probatoria tendrá un límite. El Comité disciplinario podrá alargar la suspensión más allá de los tres meses según los hallazgos de la investigación.
Por su parte, López aún no se ha pronunciado de manera oficial sobre la sanción ni sobre los pasos a seguir al interior de su movimiento. La situación genera expectativa en el sistema político, al poner sobre el tapete la tensión entre disciplina partidaria y liderazgos internos que buscan nuevas rutas al alero de una organización tradicional.














