La crisis diplomática entre Venezuela y Estados Unidos escaló tras la solicitud oficial hecha por Caracas para convocar una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). La cita, que tuvo lugar este viernes en Nueva York, buscó abordar lo que el gobierno venezolano calificó como una “escalada de agresiones” debido al despliegue militar estadounidense en aguas cercanas al Caribe.
En una carta presentada formalmente por el régimen venezolano, se denunció la presencia de buques de guerra, aviones de combate, tropas de élite y un submarino nuclear estadounidense en proximidades de la costa venezolana. La cancillería de Venezuela advirtió que estas maniobras representan “un claro peligro para la paz y la estabilidad de América Latina y el Caribe”.
El reclamo venezolano encontró respaldo en potencias como China y Rusia, quienes apoyaron la inclusión del tema en la agenda del Consejo de Seguridad. La preocupación principal radica en que esta operación militar podría aumentar las tensiones regionales, afectando no solo la seguridad venezolana sino la estabilidad geopolítica de toda la zona.
Por su parte, Estados Unidos no ha emitido declaraciones oficiales vinculadas directamente a esta reunión, aunque mantiene que su presencia militar en el Caribe responde a intereses estratégicos de vigilancia y defensa regional frente a diversas amenazas.
La situación se produce en medio de un contexto complejo, marcado por años de sanciones económicas, tensiones políticas y disputas diplomáticas entre Caracas y Washington. La solicitud venezolana busca elevar el debate a un foro multilateral que permita mediar y evitar un posible conflicto mayor, al tiempo que denuncia lo que considera un acto de provocación unilateral.