El presidente de Colombia, Gustavo Petro, volvió a encender el debate político nacional con un discurso cargado de mensajes simbólicos y advertencias de cara a las elecciones presidenciales de 2026. Durante su visita a Bucaramanga el viernes 29 de agosto, donde lanzó oficialmente el pilar solidario de su reforma pensional, el mandatario sorprendió con una frase que rápidamente se convirtió en titular: “Ojo con el 2026, yo sí se los digo”.
El pronunciamiento fue acompañado por expresiones de fuerte carga emocional y política. Petro agregó: “Lo que ha de ser que sea, libertad o muerte, que viva el país de la belleza, la potencia mundial de la vida, que conviva la gran Colombia humana en paz y en libertad”. Sus palabras generaron aplausos entre sus seguidores, pero también reacciones críticas de sectores que lo acusan de buscar permanecer en el poder, pese a que la Constitución colombiana prohíbe la reelección presidencial.
Ante esas voces, Petro fue enfático en negar cualquier interés en perpetuarse en el cargo. “A mí no me interesa el poder ni perpetuarme. Siempre he creído que los adictos al poder terminan en la tristeza de la soledad. Sea en una cárcel, en una hacienda donde lo dejan solitario, o en una cama fría sin compañía”, expresó, rechazando los señalamientos de sus opositores.
El presidente también lanzó un mensaje contra quienes, según él, cargan con la responsabilidad de decisiones violentas en la historia reciente del país. “Los adictos al poder terminan mal, perseguidos por sus propios demonios, los del genocidio del pueblo colombiano”, afirmó, en alusión a conflictos armados y violaciones de derechos humanos que marcaron décadas de violencia.
En contraste, Petro insistió en que su propósito es dejar un legado distinto: “Yo voy a morir feliz un día porque recordaré estos momentos de felicidad que me daba sentirme entre multitudes, poder ir construyendo las páginas de una historia que no sonara genocidio, ni masacre, ni guerras convocadas para que los colombianos se maten entre sí de manera perpetua o los 100 años de soledad de García Márquez”.
El jefe de Estado reiteró que su apuesta está en consolidar transformaciones sociales profundas a través de las reformas que impulsa su gobierno, entre ellas la pensional, la de salud y la laboral. Ha señalado en varios escenarios que lo fundamental no es la reelección, sino la continuidad de su proyecto político mediante líderes que asuman su bandera de “Colombia potencia mundial de la vida”.
Con estas declaraciones, Petro no solo defendió su gestión, sino que también marcó el pulso de la conversación pública de cara al escenario electoral de 2026. Su frase en Bucaramanga refleja el tono con el que quiere cerrar su mandato: polarizador, simbólico y cargado de advertencias sobre el rumbo que tomará el país en los próximos años.