El juez municipal de Providence, Frank Caprio, falleció en paz a los 88 años tras una prolongada y valiente lucha contra el cáncer de páncreas, según informó su familia en sus redes sociales el 20 de agosto de 2025. Su fallecimiento fue confirmado por un comunicado que destacó su compasión, humildad y la fe inquebrantable en la bondad de las personas.
Conocido mundialmente por su programa televisivo Caught in Providence, Caprio logró fama viral al impartir justicia con humanidad y humor en infracciones menores, como multas de tránsito y estacionamiento, conmocionando a audiencias que compartían sus fallos por su calidez y empatía. Los fragmentos del show acumulaban más de mil millones de vistas, un símbolo de su capacidad para conectar con millones de personas.
Su carrera en la judicatura fue extensa y destacada: se desempeñó como juez principal del Tribunal Municipal de Providence desde 1985 hasta su retiro en 2023, tras casi cuatro décadas de servicio público. Durante ese periodo, fue apodado “el juez más amable del mundo” y recibió numerosos tributos por su humanismo y justicia accesible para todos.
Desde diciembre de 2023, Caprio reveló a través de un conmovedor video en Instagram que había sido diagnosticado con cáncer de páncreas y pidió oraciones de sus seguidores mientras recibía tratamiento, primero en Rhode Island y luego en el Dana‑Farber Cancer Institute en Boston. El 19 de agosto de 2025 compartió un último mensaje desde su cama de hospital: «He tenido un contratiempo… por favor recuérdenme en sus oraciones», antes de fallecer al día siguiente.
El gobernador de Rhode Island, Dan McKee, expresó en público su pesar y ordenó que las banderas ondearan a media asta, reconociendo a Caprio como “un tesoro de Rhode Island” y un símbolo vivo de empatía aplicada a la justicia. El juez deja un legado que trasciende los fallos emitidos: su ejemplo de compasión en tribunales inspira a quienes lo conocieron y a quienes vieron sus videos desde diversos países.
En una era marcada por la dureza institucional, Caprio demostró que la justicia puede coexistir con la humanidad. Su forma de juzgar, dialogando con respeto e incluso involucrando a niños en fallos simbólicos, humanizó al poder judicial y se convirtió en inspiración global. Su memoria permanecerá viva cada vez que alguien elija la empatía por sobre la rigidez, el perdón por sobre la condena.